jueves, 15 de julio de 2010


Un día entendí aquella discusión que tenia con mi profesor de literatura.

En aquella época no era fácil para el supongo, ya que no era muy admisible ser profesor de un secundario y ser gay, pero el sin decir nada, pero sin ocultarlo tampoco supo llevarlo, y supo ganarse todo el respeto de aquel curso de chicos tan difíciles, de por si el colegio era rejunte de todos los chicos que habían repetido o sido echados de colegios privados de la zona, este colegio privado era laico y sus directores eran judíos, sin embargo siempre respetaron la libertad de que este colegio laico (jamás una bajada de línea, o adoctrinamiento religioso de ningún tipo). De este colegio tan especial nosotros, vaya a saber que suerte nos junto, eras el peor curso que había habido en la historia del colegio.
Aquel profesor que tubo que en un principio poner severidad y orden para poder ser escuchado logro con el tiempo ser el único que nos callara, no por como creerían (mano dura) si no por lo interesantes que había hecho las clases, en ellas leíamos, analizábamos, debatíamos, y escribíamos lo que sentíamos, era único y nos hacia sentir importantes, por que después de todo a quien le puede importar la opinión de un grupo de adolescentes revoltosos, a el le importaba, le importaba generar conciencia, hacernos pensar, eso debería hacer un buen profesor, no influía sobre nuestro pensamiento, pero siempre dejaba latente el debate, para que pensemos.

Aprendí entonces algo que siempre iba a aplicar en mi vida, a no dar por sentadas las cosas, el poder del análisis, y las reglas de la comunicación.
Las reglas de la comunicación son básicas tenemos un emisor (alguien que quiere ser escuchado, y tenemos un receptor que quiere oír) lo que no nos enseñan ene el colegio es que ambos 2, emisor y receptor son personas, con capacidades y adoctrinamientos diferentes, leemos y escuchamos información y olvidamos que objetivos tiene quien nos da la información, y que son personas (su palabra no es sagrada) las personas se equivocan, emiten juicios personales, y análisis propios. Talvez olvidamos esto tan básico por que es mas fácil tomar la información procesada por otros, que tomarse el trabajo de procesarla uno mismo, investigar que quiere lograr el que nos informa, y que objetivos tiene.
Empecé a analizar la situación actual, hoy en día tengo un contacto con gente de un nivel económico mucho mas alto que el mío, pero lo sorprendente es que su nivel cultural y su capacidad de análisis es menor que lo que esperaba para gente tan culta, me sorprende que repiten la información sin verificar si es certera, y sin analizarla, toman partido, y lo mas grave es que creen que lo que avala la certeza de la información es el medio que la trasmite, sin creer en que este tenga una un beneficio o ganancia personal sobre lo que genera.
Uno de los temas mas importantes que se discute en política en este país es la justicia social, se habla mucho de este tema, pero muchos no saben realmente mucho de este tema, hasta creo que incontinentemente es mas fácil así, todos nos posturamos a favor de la justicia social, es políticamente correcto, decir que nos gustaría que no haya pobres es bien visto. Pero en muchos casos les es mejor que esto siga siendo así, tal como lo promueve el Opus Dei, los ricos son ricos y los pobres pobres, eso no solo nos sirve para poder seguir siendo mas ricos, si no que nos sirve para enseñarle a nuestros hijos que somos buenos cristianos por que hacemos caridad con los pobres.
Una ves este profesor nos dijo algo que pensé alguna ves era cruel, hoy lo entiendo, nos dijo: ¿sirve que le demos limosna a un pobre? ¿le sirve realmente a el o nos hace bien a nosotros dársela?, alguna ves pensé que era cruel, ¿como no ayudar?, claro el nos planteaba las dos caras de la situación, lo que nos provoca como sociedad creer que estamos ayudando, la limosna no nos cuesta mucho y nos deja la tranquilidad de que hicimos algo bueno por el otro, a el pobre solo se sirvió por un breve periodo, y sigue siendo pobre.
Que es lo que pasa en esta sociedad cuando se trata de tomar medidas de raíz que solucionen el problema, o al menos que lo mejoren, nos asustamos, todos estamos en contra, que no nos vayan a tocar el bolsillo, lo mio es mio, que el pobre siga siendo pobre, que no tenga las mismas oportunidades que mis hijos, para que mis hijos tengan las mejores oportunidades, lo mas triste es que esto se agudiza a medida que mas estatus social y dinero tenemos, podemos ver a los que mas tiene tratando de evadir los impuestos, tratando de no pagar las cargas sociales de sus empleados, pagando sueldos miserables.
Si todos podemos acceder a una buena educación y a un buen trabajo, ¿Quién va a querer ser empleado en una fabrica haciendo trabajo forzado por monedas?, y entonces entendí, mas fácil que la justicia social es la caridad!!, hacemos que todo siga igual, que las piezas no se mueven de lugar, los ricos, siguen ricos y con todas oportunidades de triunfar, y los pobres siguen siendo pobres, con salarios bajos y pocas oportunidades de progresar, así a fin de mes cuando salimos de la misa, nos juntamos a hacer caridad para que no nos pese en el alma el echo de que tenemos tanto por que otro no tiene nada.

Natalia Scordamaglia

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